La Escuela Expandida

11.11.2013 14:20

En 'La Escuela Expandida' (Julio Sánchez Veiga, 2009) nos trasladamos a un instituto del Polígono Sur sevillano, un área con una tasa de paro y absentismo escolar muy altas. Este será el marco de una iniciativa que busca poner los conocimientos propios al servicio de los demás. Esta educación común no se produce sólo en la escuela sino también fuera de ella. He aquí una de las claves: la de involucrar a la comudidad.

Lo primero que vemos es cuáles son las ofertas y demandas del alumnado, qué pueden enseñar y qué les interesaría aprender. Así, mediante un sistema de post-its que forman cadenas relacionando distintas áreas de conocimiento (desde deportes a cocina, pasando por cuestiones de maquillaje, mecánica o informática), se busca a su vez un aprendizaje significativo. Esto quiere decir que se adaptan a las necesidades, ya que se buscan cosas que sirvan. Aquí puede surgir uno de los primeros dilemas del escéptico: ¿deben ser las propuestas interesantes? Y un servidor se pregunta a su vez qué es y qué no es interesante. Sin duda, aquí radica la gracia del asunto: la diversidad de motivaciones según el individuo. En el documental se ve por ejemplo cómo arreglar el carburador de una vespa, algo que puede ahorrar más de una visita al taller. ¡Ojalá yo aprendiendo! Pero si vamos más lejos podemos, por qué no,  visionar un taller de cocina en el que miembros de la comunidad tutoreen a chicos y chicas faltos de motivación o aptitudes para el estudio. Quizás, por qué no, gente que encuentre una vocación y un futuro empleo.

Personalmente, al terminar el visionado no pude sino pensar en personas con las que obtener un beneficio mútuo. Y doy fe que de una u otra forma ya he comenzado mi particular escuela expandida.
Luis.

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